En
la década de los 60 todo estaba cambiando. Era una época marcada por el fracaso
de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, la consolidación de la clase media,
la contracultura, revoluciones estudiantiles y la lucha por los derechos
civiles. Eran tiempos de cuestionar, de dar paso a las reformas en la sociedad.
Pero, sobre todo, era tiempo de soñar con cambiar el planeta.
La
superioridad económica de Estados Unidos dominaba el mundo. La Segunda Guerra
Mundial (1939-1945) arrasó Europa, los países del Este y Japón; pero la
industria norteamericana salió tan fortalecida que su producto nacional bruto
(PIB) aumentó de unos 200.000 millones de dólares en 1940 a más de 500.000
millones en 1960, logrando desplazar del liderazgo a Francia, Alemania e Inglaterra.
Aunque el capitalismo y el libre mercado se fortalecía en Norteamérica, surgían
movimientos sociales que exigían otra manera de vivir: los hippies, el feminismo, el ecologismo, la burguesía universitaria,
etc. Todos anhelaban aportar modificaciones en el estilo de vida existente.
El
movimiento hippie tomó fuerza en San
Francisco con su ideal de la no violencia, sumándose posteriormente a la lucha
contra la segregación racial lideraba por Martin Luther King y a las protestas
contra la intervención de Estados Unidos en Vietnam o contra la injerencia
política en los países del Sur. Al mismo tiempo, se empezó a tomar conciencia
sobre la pobreza. No obstante, los hippies
no fueron los únicos en asentarse en la contracultura, pues contaron con el
apoyo de miles de universitarios que defendían una convivencia anticonsumista y
pacífica. Juntos dejaron decenas de símbolos todavía patentes en nuestra
sociedad, como el festival de Woodstock, conciertos que reunieron a casi medio
millón de personas para escuchar música de artistas de la talla de Jimi
Hendrix, Janis Joplin o Jefferson Airplane.
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Luther King en su discurso/ Foto por: Getty Images |
El
el 28 agosto de 1963, en Washington, se produjo la Marcha en la que sonó el
mítico discurso “I have a Dream” de
Martin Luther King ante más de 200.000 personas. Dos años después, los
afroamericanos conseguían en la práctica el derecho al voto. Además, movimientos
como la Conferencia del Liderazgo Cristiano del Sur, formado por sacerdotes
afroestadounidenses, o el Comité Estudiantil de Coordinación de la No Violencia
lideraban la lucha por la igualdad de forma pacífica. Sin embargo, líderes como
Malcom X y Luther fueron asesinados por extremistas en contra de los ideales
que ellos tanto defendían.
En
el ámbito político, otro asesinato, el del presidente Kennedy en noviembre de 1963,
marcó un antes y un después en EE.UU, puesto que se le veía como un símbolo de
esperanza. Tras este acontecimiento, el vicepresidente Lyndon B. Johnson fue
elegido para la Casa Blanca y Richard Nixon le acabó sustituyendo en 1969, sin
ser consciente del escándalo que produciría en 1972 y que implicaría su
dimisión. Los intensos bombardeos, el
uso de armas químicas y la violencia sobre la población civil se vieron por
primera vez en los medios de comunicación, que retransmitieron en conflicto. Al
final, en 1975, las consecuencias de la derrota fueron devastadoras: 58.000
americanos muertos y 300.000 heridos frente a cerca de un millón y medio de
soldados vietnamitas y dos millones de civiles fallecidos.
Eran
momentos en los que la calma de la Guerra Fría sobrevolaba las cabezas, con EE.UU
liderando el enfrentamiento contra un bloque soviético que empezaba a mostrar
grietas. Pero la tensión tuvo su culminación en crisis como la de los misiles
cubanos en octubre de 1962, cuando la URSS quiso instalar su armamento en la
isla. Un año antes, en abril de 1961, la Central
Intelligence Agency (CIA) había fracasado en un intento de invasión de Cuba
en la Bahía de Cochinos. El miedo a una crisis nuclear atenazaba el ambiente.
Y
en medio de todos estos sucesos, la clase media se consolidaba y la explosión
demográfica era imparable. El mundo crecía con rapidez. Como dijo el componente
de The Beatles, John Lennon, el gran mensaje de la década de los 60 había sido
aprende a nadar, y una vez que haya
aprendido, nada.
Vídeo extraído de la cuenta de YouTube "Andrés Petersen"
Loida E.C
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