30 oct 2013

Un pequeño paso para un hombre

El miércoles 16 de julio de 1969, Estados Unidos envió el Apolo 11 al espacio, convirtiéndose en la primera misión tripulada en la historia de la Humanidad en llegar a la superficie del satélite lunar. Sus tripulantes fueron el comandante Neil A. Armstrong, el piloto del LEM, Edwin E. Aldrin Jr. (apodado "Buzz") y Michael Collins, piloto del módulo de mando. El módulo lunar o LEM se conoció como Eagle (del inglés "águila") y el módulo de mando como Columbia. El centro de control en Houston mantuvo contacto verbal con la nave a lo largo de la misión.

ArmstrongCollins y Aldrin



El 20 de julio a las 15:17 horas en Houston (las 20:17:39 h en UTC o tiempo universal coordinado) el Eagle se posa sobre la superficie de la Luna. Con sólo 30 segundos de combustible restante en el motor de descenso, logra aterrizar al sur del denominado Mar de la Tranquilidad y a unos noventa kilómetros al este de los cráteres Ritter y Sabine. El comandante Armstrong solicita permiso para efectuar los preparativos de la primera "actividad extravehicular".

Seis horas y media tras el alunizaje, los astronautas salen del LEM. El primero es Neil Armstrong,  quien activa una cámara de televisión mientras desciende por las escaleras de la nave, retransmitiendo así imágenes a todo el mundo. El 21 de julio a las 2:56 hora UTC, pisa el suelo y dice la frase que pasaría a la historia:

"Un pequeño paso para un hombre, un salto de gigante para la Humanidad"

En Houston eran las 22:56 h del 20 de julio.



Tras soltarse del cordón de seguridad que le une al LEM, Neil toma varias fotografías y muestras de suelo, mientras Buzz Aldrin se prepara para salir de la nave. Perciben la escasa gravedad y comienzan con las tareas que les han encomendado.  Finalmente, despliegan la bandera estadounidense y entran en contacto telefónico con el presidente Richard Nixon.

Hola Neil y "Buzz", les estoy hablando por teléfono desde el Despacho Oval de la Casa Blanca y seguramente ésta sea la llamada telefónica más importante jamás hecha, porque gracias a lo que han conseguido, desde ahora el cielo forma parte del mundo de los hombres y como nos hablan desde el Mar de la Tranquilidad, ello nos recuerda que tenemos que duplicar los esfuerzos para traer la paz y la tranquilidad a la Tierra. En este momento único en la historia del mundo, todos los pueblos de la Tierra forman uno solo. Lo que han hecho los enorgullece y rezamos para que vuelvan sanos y salvos a la Tierra.

El comandante Armstrong responde al presidente:

Gracias, señor presidente, para nosotros es un honor y un privilegio estar aquí. Representamos no solo a los Estados Unidos, sino también a los hombres de paz de todos los países. Es una visión de futuro. Es un honor para nosotros participar en esta misión hoy.

Huella dejada por el astronauta Aldrin

Entre los objetos dejados en la superficie Lunar se encuentran —además de los diferentes aparatos científicos —un disco con los mensajes y saludos de todas las nacionalidades del mundo, las medallas recibidas de las familias de Yuri Gagarin (primer ser humano en viajar al espacio) y Vladímir Komarov (primera persona en fallecer en una misión espacial), y las insignias en recuerdo de Virgil Grissom, Edward White y Roger Chaffee, quienes fallecieron en el incendio del Apolo 1.

A las siete de la tarde, horario UTC, se produce el despegue. El Eagle entra en órbita lunar a cien kilómetros de altura y quinientos km del Columbia. Ambos vehículos se acercan lentamente hasta acoplarse y ponen rumbo a la Tierra.

Amerizan a las 18:50 del 24 de julio. La misión había sido un éxito, no sólo para el gobierno de Estados Unidos, sino para toda la Humanidad, poniendo un significativo punto y aparte en la Historia.




A. Aguado

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